Nuestra misión
¡Un desecho menos, es una sonrisa más!
¿Cuál es el punto en común entre un cepillo de dientes, un cable para cargar el teléfono y una bolsa de basura? ¡Pues bien, todos estos objetos, muy útiles en el día a día, están fabricados a partir de material plástico!
En 2017, la producción de materia plástica aumentó un 3,9% para alcanzar 348 millones de toneladas. La parte europea representa el 18,5% es decir, 64,4 millones de toneladas. Hay que saber que la producción mundial se ha prácticamente duplicado en menos de 20 años * [1]
El problema, lo conocemos todos: la gestión de 100 millones de toneladas de objetos de plástico que se encuentran en todas partes, en nuestras ciudades, nuestros bosques, nuestros campos, nuestros mares y nuestros océanos.
En Caliquo intentamos, a través de nuestros productos ecológicos, ofrecer una respuesta a estas dos preguntas:
- ¿Qué hacer para limitar el consumo de plástico?
- ¿Qué hacer para producir de otra manera?
[1] Cifras anunciadas por la federación PLasticsEurope
Caliquo, un concepto ecológico de cepillo de dientes recargable
El cepillo de dientes desechable representa en Francia 1400 toneladas de residuos al año de plásticos no reciclados y no reciclables, ya que están compuestos de plásticos mezclados. Un cepillo de dientes convencional pesa aproximadamente 18 gramos. Por lo tanto, 18 gramos de plástico van a la basura cada 3 meses, mientras que solo las cerdas del cepillo están desgastadas.
Por lo tanto, intentamos a través de nuestros cepillos de dientes ecológicos salir de la era del todo plástico creando objetos cotidianos que sean duraderos y/o cero residuos.
Se les ahorra el relato de los tanteos del principio, de los "¡Eureka, lo encontré!", de las noches en blanco tratando de encontrar EL sistema ideal. Lo único que hay que recordar es que nuestro sistema de cabezal recargable se desarrolló en 2013 y que permite que nuestros cepillos de dientes permanezcan mucho, ¡muy mucho tiempo en nuestros baños!
Gracias a este concepto, el desperdicio de plástico se reduce a 8: solo se desechan 8 gramos al año, es decir, menos que un solo cepillo de dientes desechable. Las cabezas usadas se reciclan, nylon por un lado y base por el otro.
Como decía el otro, «¡Nada se pierde, nada se crea, todo se transforma!»